Las sustancias procesadas o almacenadas, así como otros factores, pueden ser susceptibles de generar atmósferas explosivas y por tanto están obligadas a cumplir con los requisitos de la Directiva ATEX. Esto implica que se deben evaluar los riesgos y determinar las medidas que se han de adoptar para eliminarlos o reducirlos.
Además de las sustancias inflamables o combustibles, es importante tener en cuenta que polvos o fibras combustibles (fertilizantes, hierro, grano de cereales, azúcar, azufre, fibras textiles….) también pueden generar una atmósfera potencialmente explosiva.
El Documento de Protección contra Explosiones, es garantía de que los trabajos, las personas, los equipos o la empresa, han sido formados, auditados, diseñados, instalados ó fabricados conforme a unos estándares de calidad.